EXPOSICIÓN DE JOSÉ MARÍA BERMEJO “LA PALABRA, LA PINTURA, EL SILENCIO”

La Delegación de Cultura del Ayuntamiento en colaboración con la Diputación de Sevilla organizan esta exposición del artista José María Bermejo, que podrá disfrutarse del 14 de noviembre al 6 de diciembre en el Centro Cultural Convento del Corpus Christi. Podrá visitarse de miércoles a domingo en el siguiente horario: Mañanas de 11 a 14 h. y tardes de 16 a 18 h.

 

JOSÉ MARÍA BERMEJO, UN PINTOR GEOMÉTRICO

 

José María Bermejo (Olivares. Sevilla 1952) es uno de los máximos exponentes de la pintura abstracta sevillana y desde sus comienzos no ha dejado la estética que le dio a conocer basada en el color y la geometría.

 

José María Bermejo forma parte de esa escuadra de pintores geométricos que ha dado curiosamente la localidad de Olivares, entre los que se encuentran nombres tan destacados como Gerardo Delgado o José Ramón Sierra. Una generación (Gerardo Delgado, José Ramón Sierra, Ignacio Tovar, Manuel Salinas), que supuso la ruptura de la plástica sevillana con los cánones tradicionales de la figuración y, por lo tanto, la apertura a la modernidad, allá por los años sesenta.

 

LA EXPOSICIÓN

 

Reúne un conjunto de obras procedentes de dos series de pinturas en las que el autor ha estado trabajando desde el año 2006 y que se denominan 'Transmisiones' y 'Pintura Continua'.

 

TRANSMISIONES parece inspirado en los circuitos eléctricos de los transistores. La pintura se desarrolla sobre una cuadrícula paralela a los bordes del cuadro. Sobre él va a trabajar en una especie de emparrillado, un particular enrejado, marcando unas trayectorias, como en un juego. Va creando así un ritmo interno en la configuración final, que nos permite seguir diferentes recorridos como partes de un laberinto.

 

Es posible que este trabajo tan meticuloso y sutil nos hable de la comunicación entre las personas y de lo difícil que resulta encontrar la vía adecuada.

 

La otra serie, PINTURA CONTINUA, comenzada en 2006, se desarrolla como un auténtico juego, en el que el humor aparece como trasfondo. El repaso por las formas que se suceden en la trama geométrica, como enganchadas en un enrejado de líneas realizadas a lápiz, a veces imperceptibles, pero sin intención de ser ocultadas, provoca sonrisas y nos trae recuerdos de dibujos infantiles o de los juegos de arquitectura con tarugos de madera de vivos colores.